jueves, 9 de septiembre de 2010

MINAS EN LOS PICOS DE EUROPA





















Resulta sorprendente cuando se ha acentuado la necesidad de un exigente respeto de la naturaleza, que durante más de un centenar de años en los Picos de Europa haya tenido lugar una intensa acción minera, impulsora del dinamismo económico de este territorio.
Tal actividad ha dejado apreciables cicatrices en el totémico macizo montañoso, así como restos de casetones, zigzagueantes pistas y caminos, daños medioambientales, un vasto anecdotario humano e incluso cambios en la toponimia local.
Además de una adversa climatología,los mineros tuvieron que soportar enormes penalidades para arrancar las materias primas,debiendo utilizar técnicas extractivas primitivas. En ocasiones, las condiciones de las labores subterráneas eran arduas, disponiendo de espacios muy limitados que apenas permitían la movilidad. No se tiene noticia de accidentes graves,aunque es posible que se silenciaran dado que algunos operarios eran huidos de la justicia.
Uno de los mayores problemas iniciales a resolver por la logística minera fue el
transporte,obligando a construir un centenar de kilómetros de viales por donde circulaban carros de bueyes cargados con mineral. Unas veces se acondicionaron caminos ya existentes(algunos fueron calzadas romanas), otras hubo que perforar la roca para levantarlos, habitualmente con recorridos inverosímiles a través de escabrosas laderas.
La actividad minera dejó para la posteridad la carretera a los Lagos de Covadonga, el sinuoso camino de Fuente Dé a la Vega de Liordes (por la Canal del Embudo). Obras titánicas que, en ocasiones, salvan desniveles de 1.700 m. Son evidentes los daños ecológicos ocasionados por las operaciones mineras. A modo de ejemplo, basta observar los vestigios existentes en las zonas de Buferrera y Vega de Comeya, los destrozos ocasionados en los puertos de Áliva (que incluyen una enorme voladura al pie de la Canal del Vidrio) o la desecación del lago de Ándara por efecto de una desafortunada galería abierta por debajo.Señalar que por las inmediaciones del lago de La Ercina llegaron a circular pequeñas vagonetas y que en Comeya había instalaciones donde se trataban minerales contaminantes(con mercurio y arsénico).
Las referencias documentadas más antiguas existentes sobre el manganeso de los Picos corresponden al año 1844, con el registro de la concesión «Nuestra Señora de Covadonga». Tras varios intentos durante casi cinco décadas utilizando rudimentarias metodologías de laboreo, una empresa inglesa («The Asturiana Mines, Ltd.») adquirió la propiedad del principal yacimiento en 1893 y comenzó su extracción formal, perdurando hasta 1932. El periodo operativo continuó hasta 1979 por parte de las compañías «Minas de Covadonga,S.A.» y «Minas de Buferrera», culminando así más de 120 años de beneficio.
La explotación más importante estaba emplazada en el envidiable paraje de los Lagos de Covadonga(Buferrera), pero existieron igualmente indicios de hierro y manganeso algo más al sur de Covadonga(La Trapa, Las Llacerias,Collado de la Bobia, Pozo Relojero,La Joyosa y Fana).La Mina de Buferrera, también llamada de La Picota, sorprende por el aspecto peculiar que presentaen la actualidad, con una extraña morfología a base de columnas calcáreas, manifestación de un karst expuesto a la intemperie una vez eliminados, mediante minería a cielo abierto, los sedimentos morrénicos y la concentración metálica que lo recubría. La plantilla de trabajadores varió a lo largo del tiempo, alcanzando a finales del XIX y durante las temporadas veraniegas el medio millar. Para el tratamiento del mineral se bajaba mediante un cable aéreo hasta Vega de Comeya, por El Escaleru y El Furacón, y allí se había dispuesto un lavadero y diversas balsas de decantación para concentrar el mineral. En los comienzos de la minería la mena era llevada a hombros o a lomos de animales hasta Covadonga, pero a partir de 1906 comenzó a funcionar un cable aéreo de 7 km desde Vega de Comeya hasta la popularizada como Cuna de la Reconquista.
Luego se conducía en carros –y, a partir de 1905, en ferrocarril hasta el puerto de Ribadesella y de aquí al extranjero. Dada su situación geográfica estratégica, Buferrera fue la principal mina europea suministradora de materiales ferro-manganesíferos a los aliados durante la Primera Guerra Mundial.

(Carlos Luque Cabal-
Manuel Gutiérrez Claverol)

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