martes, 26 de abril de 2011

RECLUTAMIENTO MILITAR EN ASTURIAS


Otra de las razones que obligaba al asturiano a emigrar era el servicio militar, el sistema de reclutamiento era de tiempos de Carlos III y consistía en tomar a un mozo de cada cinco de reemplazo (de ahí que se les defina con la palabra "quintos" a los reclutas) quedando así vinculado a la tropa por un periodo de ocho años, aunque por diversas causas económicas del estado español en aquellos tiempos, se llegaron a conceder licencias temporales (preferentemente durante las cosechas). El sistema de "quintos" fue muy contestado (motín 1773 Barcelona) y también fue rechazado por algunas localidades como Madrid, así como también por profesiones como licenciados, clérigos, maestros de escuela, etc.; el sorteo no se hacía con rigor y el quinto sorteado era sustituido por un pobre o vagabundo, si el médico no lo declaraba incapacitado. Esto dio lugar a que los más desamparados o sin influencia alguna fuesen al servicio militar. En 1717 una Real Cédula dio lugar a que se recogieran los vagabundos y holgazanes e ingresaran en el ejercito, en 1775 Carlos III ordenó que anualmente se hiciese una leva en Madrid y en todos los pueblos grandes para la recogida de vagabundos, ociosos y mal entretenidos. A los tres días, si no podían justificar ocupación, tenían entre 17 y 36 años y sin impedimento físico, quedaban sujetos al servicio de las armas.
Posteriormente en 1837 quedó establecido que se podía sustituir la obligación militar por una cantidad de dinero, siendo fijada en 1885, en seis mil reales (1500 ptas.) para los destinos peninsulares y en ocho mil reales (2000 ptas.) para los destinos de ultramar; estas cantidades estaban muy por encima de las posibilidades de los campesinos asturianos.

Hay que destacar que surgieron compañías de seguros que cubrían este aspecto (pagando a partir del nacimiento del niño) pero su campo de acción estaba más bien en la ciudad, siendo escaso en el ámbito rural.

En el año 1885 también se estableció que la duración del servicio militar se fijara en doce años, desde la entrada en la caja de reclutas hasta el término de la segunda reserva. También se crea la figura del sustituto, otra de las posibilidades de librarse del servicio militar; los quintos destinados en ultramar podían buscarse un sustituto, que debería ser de la misma zona, soltero o viudo sin hijos y sin sobrepasar los treinta y cinco años. Esto dio lugar a que los dueños de las caserías llegaran a amenazar a sus inquilinos con perder la casería que tenían en régimen de alquiler si uno de sus hijos no hacía el servicio militar en sustitución de un hijo del dueño de las fincas. Estas reglamentaciones siguieron en vigor hasta 1912 en que se suprimieron y aparecieron otras formas del servicio militar.

Esta larga duración era suficiente para animar a la emigración, pero a esto se añadían las guerras (Cuba, Filipinas, carlistas en España y otras guerras coloniales, sobre todo Marruecos que fue la que más alto grado de emigración produjo). Esta emigración llegó a ser tan alta que en el sorteo de quintos en 1892 había un 78% de ausentes en el municipio de Soto del Barco.

En el periodo de 1915 a 1920 en Asturias se llegó al mayor número de prófugos (exceptuando Canarias) llegando a ser más del doble de la media nacional. El emigrante no manifestaba que su viaje era una forma de evadirse de la "quinta" (ni en el momento de la partida ni tampoco después, para no ser tachado de mal patriota).

Económicos y de población-

Es de tener en cuenta también los factores económicos; con la desamortización de Mendizábal se agrava la situación de los campesinos, al elevar los propietarios las rentas de las caserías, forzando a los campesinos a emigrar, a la vez que impedía también el que los colonos pudieran acometer mejoras en la explotación. El periódico "El Carbayón" el 13 de enero de 1881 escribía "Denles (a los labradores) tierra fértil que cultivar y arrendamientos ventajosos, más estimación y menos desdén, alívienlos de los impuestos y disminuyan el precio del arriendo; entonces la emigración disminuirá, porque nadie va a buscar lejos lo que puede hallar en su hogar".

También el factor poblacional es de tener en cuenta, ya que en la segunda mitad del siglo XIX las altas tasas de fertilidad alcanzadas no permitían ofrecer tierras a los hijos a través de nuevas particiones de caserías por alcanzar estas una extensión mínima. Esto añadido a la elevación de las rentas y de los impuestos forma otro pilar fundamental como causa de emigración.

el-caminoreal.com

1 comentario:

  1. Muy bueno Marisa, magnífico. Lo de la mili lo conocía por mi abuelo y mi padre. Gracias, de verdad muy bueno.

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