sábado, 23 de marzo de 2013

HISTORIA DEL SUMINISTRO DE AGUA A GIJÓN


 El Gijón romano pudo constituirse en un enclave urbano estable y próspero gracias al agua proveniente de pozos y manantiales como La Fontica, que no solo aseguraban el abastecimiento cotidiano, sino que, además, garantizaban la supervivencia de la ciudad en caso de asedio. no cabe duda de que la conversión de Gijón en una imponente plaza fuerte derivó, más que de su estratégico emplazamiento geográfico, de la garantía de este suministro de agua autónomo.

Durante algo más de mil quinientos años este aprovisionamiento fue suficiente para las necesidades de la población, pero ya desde el siglo XVI tuvo que ser evidente que tanto el desarrollo urbano de la villa, que ya comenzaba a ocupar el tómbolo que une Santa Catalina a tierra firme, como el portuario demandaban mayor cantidad de agua de la tradicionalmente disponible.
esto obligó a que el municipio, a mediados del siglo XVII, acometiera una de las mayores obras públicas que Gijón había conocido hasta ese momento: la construcción de la traida de aguas de La Matríz. Esta era esencialmente un acueducto - en la época denominado como "arca matriz", término de donde derivará el nombre tanto del manantial de origen como de la propia canalización - que enlazaba el casco urbano con un pozo artesiano abierto a unos tres kilómetros al este de las Mestas.


De esta agua, vertida inicialmente por las fuentes públicas de La Barquera y San Lorenzo, de la de varias fuentes ubicadas en los bordes de la población - como La Fontica, La Benedita, la Fuente Vieja o La Vizcaína -, Más la aportada por los numerosos pozos artesianos abiertos dentro del casco urbano, va a ser de la que se abastezca Gijón hasta que finalice la década de 1880.

Sin embargo, esto provocaba múltiples inconvenientes, pues desde finales del siglo XVIII comenzó a acusarse la falta progresiva de un suministro adecuado al número de habitantes con que contaba Gijón y al aumento de tráfico portuario, por lo que ya entre los decenios de 1780 y 1790 se promovió la ejecución de una nueva traída desde una fuente ubicada en la parroquia de Tremañes.


A esta época corresponde la reubicación de la Fuente Vieja en el centro de la actual plaza del Seis de Agosto, planteada en 1844, buscando mejorar la distancia de este punto de aprovisionamiento respecto a los barrios de Begoña, de El Carmen, y el tramo meridional del ensanche jovellanista. Elemento complementario a la misma es la construcción de un lavadero y un abrevadero, en 1849, probablemente resultando este último de gran trascendencia por situarse en un punto estratégico para el tránsito de entrada y salida de la villa hacia las carreteras Carbonera, de Oviedo y de la Costa.

Igual fin utilitario tuvo la derivación de un ramal de la fuente de La Vizcaína hasta los terrenos del mercado de ganados - aproximadamente donde hoy se encuentra la plaza de Riego -, proyectado en 1854 y definitivamente ejecutado en 1863.

Por último, de la conducción de La Matríz se derivó un nuevo ramal para instalar una fuente en la plazuela del Carmen, y sobre la propia canalización se instalaron dos bombillos, uno en la plaza del Instituto y el otro a la altura de la travesía del Convento.


A pesar de lo precario de la situación, hubo que esperar a la década de 1870 para que el Ayuntamiento gijonés comenzara a plantearse como una necesidad perentoria la localización de nuevos caudales y la construcción de una nueva traída. La demora en la búsqueda de una alternativa y la evidencia de su necesidad harán que varios particulares se planteen ejecutar la obra con carácter privado, como ya había sucedido con los servicios de alumbrado, transportes urbanos y algunos mercados.

El industrial Anselmo Cifuentes será quien persista en la idea hasta el punto de financiar un completo proyecto de abastecimiento de agua para la villa, proponiendo traer a la ciudad el líquido aportado por el manantial de Llantones (Leorio).

no obstante, las reticencias a la privatización del servicio hicieron inviable esta opción, no sin que esta actuación propiciara un importante impulso al proyecto, pues este fue regalado, por su promotor, al municipio a comienzos de la década de 1880. Tras lograr su financiación, las obras se emprendieron en 1887 y culminaron en 1890, año en que comenzó la implantación del suministro de agua a domicilio.

Fuente visitada.
EMA: CUARENTA AÑOS. (Héctor Blanco González)

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